Revista de interés general orientada al conocimiento y al bienestar interior y exterior


domingo, 25 de mayo de 2008

El caso Phineas Gage

La historia de Phineas Gage
El hombre que tras sufrir un grave accidente
revolucionó el campo de las neurociencias

Phineas P. Gage (1823 –1860) fue un obrero de ferrocarriles, quien debido a un accidente, sufrió daños severos en el cerebro, específicamente en parte del lóbulo frontal. Gage sufrió cambios notorios en su personalidad y temperamento, lo que se consideró como evidencia de que los lóbulos frontales eran los encargados de procesos relacionados con las emociones, la personalidad y las funciones ejecutivas en general.
El 14 de septiembre de 1848 Phineas estaba trabajando a las afueras de Cavendish; Vermont en la construcción de una línea de ferrocarril. Su puesto era de capataz y en general era descrito como un hombre eficiente y capaz. Una de sus funciones era colocar cargas explosivas en agujeros taladrados en la roca. Para ello llenaba el agujero de pólvora, colocaba un detonador, y finalmente lo tapaba con arena y aplastaba la arena con una pesada barra de metal. Ese día Phineas en un descuido olvidó echar la arena antes de presionar con la barra, por lo que al hacerlo hubo una chispa que hizo que explotase la pólvora. Esta explosión a su vez provocó que la barra de metal saliese disparada atravesando el cráneo de Gage y aterrizando a casi 30 metros de distancia.
La barra; que medía un metro de largo y más de 3 cm de diámetro y pesaba 6 kilos entró a su cráneo por la mejilla izquierda y salió por la parte superior tras atravesar el cortex cerebral anterior.
A primera vista: un milagro médico
Sorprendentemente Gage no solo no murió al instante, sino que se mantuvo consciente en todo momento. Tras salir disparado de espaldas, convulsionó por unos momentos, pero él mismo se levantó y solicitó ayuda. Fue conducido al médico, y mientras el médico le examinaba, Phineas comentaba a la gente cómo sucedió el accidente. Efectivamente, según ha quedado documentado en los anales médicos, Phineas no sólo sobrevivió al accidente sino que no se vio afectada su capacidad motora o verbal, se expresaba correctamente, y articulaba lógicamente el pensamiento. Naturalmente había perdido visión en su ojo izquierdo, pero con el derecho veía perfectamente. Sin embargo, algo había cambiado en Gage. Después del accidente le llevaron en una carreta varios kilómetros hasta la consulta del doctor Harlow; uno de los médicos del pueblo, que sería quien nos dejaría constancia de su evolución.
Sobrevivir a una explosión, a una herida como esa, y a la rudimentaria medicina de la época y seguir siendo capaz de andar y hablar racionalmente es sorprendente; no menos sorprendente es que dos meses después el doctor Harlow consideraría que Gage estaba completamente recuperado, dándole el alta.
La realidad: Gage ya no era Gage
Podemos entresacar lo que ocurrió a partir del relato que el doctor Harlow preparó 20 años después. Como ya hemos dicho la recuperación física de Gage fue completa; sin embargo en palabras del propio Harlow "El equilibrio o balance entre su facultad intelectual y sus propensiones animales se había destruido". Tras pasar la fase aguda Gage se volvió irregular, irreverente, blasfemo e impaciente. A veces era obstinado cuando le llevaban la contraria, pero por otro lado pese a que continuamente estaba pensando en planes futuros "los abandonaba mucho antes de prepararlos"; y era muy bueno a la hora de "encontrar siempre algo que no le convenía".
Un triste final
Sabemos que desde su accidente Phineas perdió su trabajo y nunca más fue capaz de mantener uno por mucho tiempo ya que o los abandonaba o le echaban por sus continúas riñas con sus compañeros. Tras trabajar en varias granjas Gage fue exhibido en el circo; en el que enseñaba orgulloso su herida y la barra de hierro que la provocó. Tras varios años de vida errante Gage volvió a casa porque su salud se estaba deteriorando y murió probablemente con 38 años debido a crisis epilépticas.
Actualmente se conservan tanto el cráneo como la barra de hierro en el museo de la medicina de la universidad de Harvard.
Importancia del caso para las neurociencias
El caso de Gage está considerado como una de las primeras evidencias científicas que sugerían que la lesión de los lóbulos frontales podía alterar aspectos de la personalidad, la emoción y la interacción social. Antes de este caso (y bastante tiempo después) los lóbulos frontales se consideraban estructuras silentes (sin función), y sin relación alguna con el comportamiento humano.
Concluyendo, lo que sacamos en claro es que parece que existen sistemas en el cerebro dedicados al razonamiento social y personal. Resulta sorprendente que una lesión cerebral pueda modificar las convenciones morales y sociales, la capacidad de planear el futuro y de sobrevivir en un medio social complejo, y, sin embargo, mantener intacto el razonamiento abstracto, el habla o el intelecto básico.
http://www.ucm.es/info/pslogica/mente/cap5.htm
www.wikipedia.com