Revista de interés general orientada al conocimiento y al bienestar interior y exterior


viernes, 11 de enero de 2008

¿Por qué envejecemos?


El envejecimiento es un proceso biológico común a todos los seres vivos, un proceso inevitable, determinado genéticamente, pero acelerado por factores ambientales como la exposición solar, el tabaquismo y la polución, dietas desequilibradas, estrés, entre otros factores, que pueden ser corregidos o evitados en parte mediante una correcta conducta alimentaria, buena hidratación y aplicación de cosméticos formulados adecuadamente para contrarrestar en gran medida la influencia de los radicales libres que aceleran el envejecimiento prematuro de la piel.

Radicales libres

Nuestras células sufren un proceso de oxidación (produciendo radicales libres) provocado por actividades normales del organismo como son la alimentación o la respiración. Estamos expuestos también a otros elementos externos que crean radicales libres como la polución, el tabaco, la radiación y el estrés.
Pero… qué son los radicales libres o ROS? Son moléculas inestables y altamente reactivas. Éstos atacan a los lípidos y proteínas de la membrana celular, que al ser dañada, no podrá cumplir sus funciones como el intercambio de nutrientes y la eliminación de materiales de deshecho, haciendo imposible el proceso de regeneración y reproducción celular.
Cuando los ROS atacan las células del tejido colágeno de la piel, la piel pierde su elasticidad y como consecuencia esta se daña y envejece.
Los radicales libres también pueden contribuir al crecimiento anormal de las células, al perder éstas la capacidad de “reconocer” las células vecinas. Esa proliferación sin control se produce en los tumores benignos o malignos (cáncer).
Sin embargo no todo esta perdido ya que existen sustancias que inhiben la oxidación y son llamadas antioxidantes.

Los antioxidantes

Se trata de un grupo de vitaminas, minerales, fitoquímicos (sustancias químicas obtenidas de una fuente vegetal) y enzimas (sustancias propias de nuestro organismo que intervienen en múltiples procesos metabólicos), que bloquean el efecto perjudicial de los denominados radicales libres.
Algunos ejemplos:
Vitaminas :
Vitamina C: En frutas y verduras, frescas y crudas, como kiwi, cítricos, melón, frutillas, pimientos, tomate y brasicáceas (verduras de la familia de la col),
Vitamina E (tocoferol): germen de trigo, aceite de soja, aceite de oliva, vegetales de hoja verde y frutos secos.

Minerales:

Selenio: Relacionado con un menor riesgo de tumores de piel, hígado, colon y mama. En carnes, pescados, mariscos, cereales, huevos, frutas y verduras.
Zinc: Favorece la formación de nuevas proteínas (renovación celular), interviene en el sistema inmune o de defensas y favorece el buen estado de piel y mucosas (tonicidad y elasticidad de la piel). Constituyen buena fuente de zinc las carnes y vísceras, los pescados, los huevos, los cereales completos y las legumbres.

Cobre: Potencia el sistema inmune, participa en la formación de enzimas, proteínas y es un agente antiinflamatorio y antiinfeccioso, facilita la síntesis de colágeno y elastina (necesarios para el buen estado de los vasos sanguíneos, del cartílago, de los pulmones y de la piel) y la fijación del calcio y del fósforo. Alimentos ricos en cobre: hígado, pescado, mariscos, cereales completos y vegetales verdes.

Fitoquímicos
Beta caroteno: también llamado pro-vitamina A, porque se convierte en ella luego de ser metabolizada en el organismo. Se encuentra en los vegetales amarillo-anaranjados como el melón, damascos, zanahorias, calabaza, etc. y en los color verde oscuro, como el brócoli, repollitos de Bruselas, achicoria, etc.
Licopeno: se ha demostrado que personas con una dieta rica en licopenos tienen menos riesgo de contraer cáncer de próstata y enfermedades coronarias. Los vegetales que lo contienen son: tomates y sus derivados (salsas, purés, etc), pimientos rojos, pomelo rosado y sandía.
Quercetina: presente naturalmente en vegetales, frutas, y plantas medicinales Ej: Ginkgo biloba, tilo, manzanas y vino tinto.
Catequina: pertenece a la familia de los flavonoides, beneficiosa para reducir el riesgo de enfermedades del pulmón, de trastornos isquémicos y ciertos tipos de cáncer. El té verde y el cacao según las últimas investigaciones son claves por su alto contenido, actúan como antioxidantes y activadores del metabolismo.

Antocianinas: se encuentran en algunos frutos que van del color rojo al azul como los arándanos, las cerezas, las ciruelas o las uvas. Su labor fundamental es la protección de los capilares de la retina, desempeñando un papel fundamental en la conservación de la buena vista. Además parecen tener propiedades antivirales, hemostáticas, por lo que pueden desempeñar un papel positivo en las infecciones y en la detención del sangrado. Protegen el corazón de las enfermedades cardiovasculares y tienen, como el resto de los sflavonoides, un valor antioxidante.

Fuentes
http://www.med-estetica.com/
www.alimentacion-sana.com.ar/informaciones/novedades/antioxidantes.htm